Primera clase del cuatrimestre, y despedidas

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Tanto hablar de los alumnos, y no me había dado tiempo a comentar que el jueves, a las 8 de la madrugada, comencé mis clases en uno de los centros en los que tengo docencia este cuatrimestre.

No hice la típica clase de presentación "y a casa"; empecé ya con el primer tema del temario. Es necesario, porque si no, se pasa el cuatrimestre volando.

Creo que no los llegué a dormir del todo... Las primeras clases a veces son un poco aburridas, porque son temas introductorios, en los que has de presentar "de qué va" la asignatura...

Mi compañera de despacho, Zoe, también comienza la semana que viene, en otra carrera, y el temario es muy parecido, así que estuvimos hablando, compartiendo y comparando cómo damos ese primer tema de introducción... Siempre es interesante mejorar, buscar nuevos ejemplos, hacer que la clase sea lo más participativa, dinámica, interactiva y amena que sea posible... (bueno, muchas cosas son).

Sobre mis alumnos del jueves, todavía no puedo decir mucho... Estaban muy callados y dormidos, como es normal. Todavía he de ganármelos un poco. Lo que pasa es que este año me siento con menos ganas de contar chistes en clase (es un recurso; pero tampoco hay que pasarse de gracioso, claro); y forzarlo no sale bien. Creo que yo también estaba un poco dormido.

El jueves también tuvimos el último examen de septiembre, por la tarde (sí, en algunos centros han comenzado ya las clases, pero en otros aún duraba la tortura de los exámenes). Esperábamos mucha gente, pero al final se presentaron muy pocos alumnos. Yo sólo tuve 8 10 exámenes, y los corregí esa misma noche en casa.

Por cierto, que a eso de las 10 y media de la noche, me llamó al móvil Zoe, mi compañera de despacho. Me resultó un poco raro que me llamase a esa hora...

Resulta que esa noche habíamos quedado para cenar, varios profesores, para despedir a AC, un compañero, que se va a otra universidad durante al menos 1 año. ¡Se me había olvidado por completo! Que desastre...

AC es uno de los compañeros de los que más he aprendido
en los años que llevo aquí, de momento. Es serio, pero muy cachondo a la vez. Sabe dar buenos consejos y tiene las ideas muy claras, tanto en docencia como en investigación. Y siempre que lo he necesitado he encontrado en él ayuda y comprensión.

Por cierto (otra vez), ayer también tuvimos una comida para despedir a cuatro profesores que se jubilan; aunque fue un poco raro, porque a la comida faltó bastante gente del departamento y, además, sólo pudieron acudir dos de los cuatro protagonistas (uno no vino por recomendación médica, ya que está un poco delicado del corazón; el otro, simplemente, pasó, como siempre ha hecho con todo).

Uno de los homenajeados, fiel a su fama e imagen de bon vivant, nos dio el siguiente consejo: "No os dediquéis tanto a la ciencia, y dedicaos más a vivir la vida, que sólo son cuatro días". Tomo nota. El otro hizo algo más parecido a un discurso, y destacó que se le han pasado más rápido todos los años de trabajo en la universidad que sus años de estudiante...

Terminé la semana sintiéndome a gusto con todo y con todos, la verdad. Suena raro, pero es así.

Septiembre quema (un poco)

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Ya habéis notado que la frecuencia con que escribo y publico ha bajado, desde que empezó septiembre...

Este última semana fue un poco agobiante. Más que por el trabajo en sí, por las cosas que se me acumulaban en la cabeza. De hecho, el miércoles por la tarde exploté; estuve de mala leche, todo me parecía mal, estaba cansado, irritable, saltaba por nada...

A finales de semana, la cosa ha mejorado. Porque me he tomado las cosas con otra filosofía: una cosa detrás de otra.

Rita y yo estamos los dos a punto de presentarnos a la prueba para obtener el DEA (Diploma de Estudios Avanzados), que es el título que actualmente sirve para acreditar la suficiencia investigadora, una vez has terminado los cursos de Doctorado y el trabajo de investigación.

Pues bien, el otro día fuimos juntos a pagar las tasas de la prueba del DEA (¡más de 100 euros nos soplaron!, y nos avisaron de que en octubre seguramente subirán las tasas y a lo mejor tenemos que pagar unos 5 euros más) y, hablando por el camino, le dije que aún no estaba del todo contento con lo que voy a presentar en esa prueba, como resumen de mi investigación hasta el momento. Ella me dijo que está muy bien y, utilizando una expresión muy graciosa, me dijo que tengo unos estándares muy altos.

No sé si es cierto... No sé si me exijo demasiado o no. Está claro que el bloqueo que me llevó a estar de tan mala leche el miércoles fue, simplemente, porque se me acumuló todo en la cabeza; todo lo que me queda(ba) por hacer en las próximas semanas: pagar las tasas de la prueba del DEA (ahora ya no), corregir exámenes (ahora ya no, tampoco), pensar y preparar las ponencias para el congreso de la semana que viene (en ello ando ahora), preparar la memoria para la prueba del DEA (será a la vuelta del congreso)... y que todo salga lo mejor posible; no dejar pasar el momento de hacer cosas, de avanzar.

Pero también sé que si llego a ese agobio, es porque no me organizo el tiempo, porque me despisto, no duermo las horas que toca... Estos últimos días ya he tratado de poner un poco de orden en mi horario, un poco de autodisciplina y constancia (creo que es lo que me falta), y, al mismo tiempo, ser menos exigente conmigo mismo y con los demás, ser más abierto, paciente y comprensivo; tener empatía.

La antiproductividad

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Creo que es igual de difícil ser el mejor que ser el peor; que cuesta lo mismo hacer las cosas lo mejor posible que lo peor posible. Aunque en este caso, no es culpa mía no es mérito mío.

Lo que voy a contar es algo que ocurre demasiado a menudo en el despacho que comparto con mi compañera Zoe, especialmente ayer y hoy.

¡¡Toda una mañana para poder publicar las notas de la asignatura en Internet!! No he tenido media hora seguida para trabajar: una compañera para comentarme cosas del próximo congreso (la semana que viene —y yo con las ponencias por hacer—), un alumno con una duda esotérica para el examen del jueves, otra profesora preguntando una duda sobre la resolución de ese examen, llamadas telefónicas variadas...

¡Buf! Me marcho a comeeeer.

PD: Esto hace que me plantee quedarme en casa muchos días, cuando comiencen las clases, para poder trabajar en mi tesis con suficiente tranquilidad.

Resumen de esta semana

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Bueno... Si la semana pasada fue la de la previa del examen, esta ha sido la semana de los exámenes. Y todavía me queda otro para la semana que viene.

El martes tuve dos exámenes, por la tarde, a la misma hora. Obviamente, sólo pude estar en uno, pero me llevo dos montones a casa...

Ya le he hincado el diente al primero de los montones; voy por la mitad. No está saliendo muy allá, pero creo que sí que aprobará gente. Ya os diré el porcentaje.

En general, estas dos últimas semanas no he dedicado a penas NADA de tiempo a investigación. Todo mi tiempo ha pasado preparando los exámenes, pasando a limpio la resolución de las preguntas que yo he puesto, y, ante la demanda popular, también me tocó publicar el examen de junio resuelto, lo cual me llevó un tiempo (eso fue la semana pasada; se me había olvidado).

Sí que tuve alguna reunión con mi director de tesis, y me vino muy bien. Y creo que estoy trabajando a buen ritmo. Algo tendré que hacer para sacar más tiempo para investigación...

No me he hecho todavía un horario o un planning orientativo semanal (me gustaría poner un tiempo reservado para leer artículos, para deporte, gimnasio o similar, etc.). No lo he hecho porque estas semanas son un poco raras, y lo único que hay que hacer es sacar la faena adelante. Cuando termine de corregir, me esperan las ponencias para el congreso de finales de mes. No queda más que hacer lo que hay que hacer.

Resumen de la semana anterior

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¡¡¡Se me acumula la faena!!!

Está claro que durante el curso no voy a poder escribir tanto como durante el mes de agosto, y eso que todavía no han comenzado las clases...

Resumo en plan telegráfico algunas cosas de la semana pasada que se me quedaron en el tintero:

La semana estuvo marcada por la previa del examen de esta semana (como en los partidos de fútbol). Al final, vinieron algunos alumnos a las tutorías del viernes (siempre apurando hasta última hora...), incluido un alumno muy... curioso, que recuerdo que siempre que llegaba a clase sacaba de su mochila un bote de lápices y bolígrafos, como de escritorio, en lugar del típico estuche. Sus preguntas en estas tutorías fueron también un poco especiales.

Después, en la Universidad se resolvieron las ayudas para viajar a congresos, y ni a mí ni a muchos de mis compañeros nos las han dado. Tampoco nos han concedido (a mi grupo de investigación) una ayuda que habíamos solicitado para un proyecto. Las cosas se están volviendo más complicadas; es cada vez más difícil que te aprueben un proyecto.

Y una frase de una compañera a tiempo parcial, a la que llamaré Póker —¿alguien todavía no se ha dado cuenta de que los nombres que utilizo aquí son figurados?— que anda bastante agobiada con diversos temas personales y profesionales: "Es mi vida... Es como el que es moreno: por mucho que se tiña, siempre le aparece la raya". No creo que sea la última frase de Póker que incluya aquí.

Sin pretemporada

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Como iba contando en el post anterior, parece que el (pequeño) esfuerzo de no desconectar del todo durante el mes de agosto ha valido la pena (aunque, como ya dije, creo que, en otro verano, me lo tendré que montar mejor). No veo aún del todo los frutos, pero un poco sí.

Por ejemplo, hoy me he encontrado con Rita, una de las investigadoras que forman el súper grupo, el grupo de investigación al que pertenezco, y del que ya os he hablado alguna vez. Rita es súper trabajadora; con un niño de año y medio "a cuestas", hace mucho más que la mayoría.

Este mes de agosto, Rita ha desconectado del trabajo (¡bien!) y se ha dedicado a su familia (lo normal, vamos). Esta semana, nada más llegar, los del súper grupo intercambiamos algunos correos sobre temas que llevamos en marcha. Yo, además, les remití el informe que he estado terminando sobre el estudio que hemos hecho junto con el investigador externo.

Total, que Rita me ha comentado hoy: "Cuando estos días veo tus correos, me pongo a temblar". No es que sea un rollero (que a veces lo soy); se refería a que ella todavía está aterrizando, como se suele decir, y que, en cambio, yo ya voy lanzado.

Es lo bueno de no haber cortado completamente en agosto. Ella se ha encontrado con un escalón más gordo que el mío, en la escalera de bajada a la realidad (entre otras cosas, es urgente acabar de preparar el material para el congreso de finales de septiembre).

Personalmente, sé que me cuesta mucho reengancharme al trabajo cuando estoy una temporada parado, y en parte por eso no quise desconectar completamente en agosto.

En un símil futbolístico (lo siento por los que odiáis el tema), diríamos que ella todavía está en pretemporada y, en cambio, yo no he descansado a penas durante el verano y "llevo una marcha más". Veremos (siguiendo con el símil) si más avanzada la temporada puedo seguir manteniendo este nivel.

Planes de tesis hasta Navidad (y ya veremos)

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Hoy he recibido en el despacho la visita inesperada de mi director de tesis.

Hasta ahora, he hablado dos veces de él aquí, pero sin decir mucho, la verdad.

Es una persona joven, y para mí, es inteligente y brillante. No es distante ni altivo (tampoco es la humildad personalizada), y entre los dos existe actualmente un ambiente de bastante confianza mutua. Es directo y claro; no le van las mentiras ni hacer la pelota ni depender de nadie. Reconozco que no es una persona tan organizada como al menos yo desearía, pero se preocupa por mí (NO es el típico director de tesis que te deja tirado, por así decirlo, ni mucho menos). Por razones personales, últimamente él ha reducido un poco su dedicación a la investigación, pero sigo contando con él y, de momento, me va dando cuerda; de alguna manera, yo diría que me va dando todo lo que necesito para avanzar. Me siento cómodo trabajando con él.

[Si alguien esperaba que utilizase el anonimato que me proporciona este blog para rajar de mi director de tesis, siento haberle hecho llegar hasta aquí para decepcionarlo en sus expectativas.]

Pero es cierto que tengo que ir detrás de él, un poco, si necesito algo. Hoy ha sido una suerte que apareciera por el despacho, a saludar. Hemos hablado de todos los temas que llevamos en marcha; entre ellos, el examen del día 11, y los próximos pasos de mi tesis.

Todavía no tenemos lo que se llama un plan de tesis cerrado, y eso es lo que más me preocupa.

El plan de tesis es como una "hoja de ruta", un documento que contiene tanto el título de la tesis, como los objetivos, el enfoque, el marco, la bibliografía... Es también una declaración de intenciones y un compromiso, porque contiene plazos estimados, y porque habitualmente se presenta ante la comisión de doctorado del departamento donde vas a hacer la tesis, para que te lo aprueben.

Actualmente, creo que tenemos claro gran parte del enfoque de la tesis. Si me interesa tanto tener el plan de tesis es, por un lado, porque es lo normal (lo que toca, digamos), y porque así sabré a qué atenerme: lo que diga en ese papel, eso tengo que hacer. Hacer bien un plan de tesis es hacer bien la tesis, pienso (o por lo menos, sí que es cierta la contraria: no hacer un buen plan de tesis, es el primer paso para una tesis no-buena, digamos). Y sé que de ahí, de lo que ponga en ese papel, no me tengo que salir, o, mejor dicho: no nos podremos salir (ni mi director ni yo); hasta ahora, hemos ido dando algunos bandazos en cuanto al contenido y plazos de la tesis. Y espero que no se repita. El plan de tesis sería el seguro ideal para evitar más bandazos, pero tendrá que esperar.

Writing your Thesis Outline[Además, tener un plan te asegura una buena salida ante preguntas del estilo de "¿Cómo llevas la tesis?".]

De momento, vamos bien. Hablando con mi director, he visto que ha tenido sentido el trabajo que he hecho en agosto, acerca de la revisión bibliográfica. Yo, lo que ya había visto es que todavía me falta bastante trabajo de leer y resumir, centrar, ver qué podemos aportar... Nuestra conversación de hoy me ha confirmado eso, lo cual me deja tranquilo, porque me doy cuenta de que voy bien, no voy perdido.

Por otro lado, se nos avecina todo lo que ya he ido comentando para septiembre y octubre, así que durante esos meses no voy a avanzar más que en ir leyendo, ir terminando y puliendo la revisión bibliográfica.

Así, mi director me ha dicho que para principios de noviembre debo tener terminada la revisión, y debemos juntarnos para ver qué podemos proponer nosotros en mi tesis (ya tenemos una ligera idea, de todas formas).

PESADILLA ANTES DE NAVIDADTambién me ha dicho (y me lo tomo como plazo más) que se conforma con que, para Navidad, tengamos ya cerrado el enfoque o la idea propia y haya empezado a hacer algo (aunque todavía no tenga resultados ni conclusiones).

Esos son las metas, los objetivos a corto-medio plazo. Ahora tengo que despedazar y planificar bien lo que me queda de la tarea "revisión bibliográfica". Me gusta.

Si por Navidad sigo escribiendo aquí, veremos por dónde voy. Será interesante.

PD: Por cierto, me gusta más la palabra supervisor, que es la que se suele usar en inglés para referirse al director de una tesis (o de un proyecto fin de máster, o de licenciatura, etc.).

Comienza el partido

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Hoy me he levantado dando un salto mortal... Digoooo... Hoy me he levantado no muy pronto, y he llegado al despacho hacia las 11h.

Lo primero: ¿quién ha quitado todas las plazas de aparcamiento que había libres? ¡Por Dios!, pero si los exámenes duran (casi) todo el mes de septiembre. Quedaos unos días todavía en vuestras casas, por favor, no vengáis todos de golpe al campus.

Por lo demás, la reentrada ha sido suave. Estar resfriado ha sido la excusa perfecta para no tener que estar de charla durante media hora con todos los recién llegados. Buen ambiente, en general.

Se ha notado también que el aire acondicionado no tira mucho... En agosto lo tenía todo pa' mí, pero ahora ya no, y se siente más calor en el despacho.

Y la anécdota del día. Tenemos un examen el 11 de septiembre, y ya están viniendo los alumnos a preguntar. Yo ya puse mi horario de tutorías, que empiezan este miércoles por la tarde. Pero mi compañero de asignatura —y director de tesis, por cierto— no.

Ha aparecido un alumno que lo buscaba, porque tiene unas dudas sobre el trabajo voluntario. Le he dicho que le escriba un correo. Me ha dicho que ya le ha escrito varios, sin recibir contestación (warning, warning). Yo le he dicho que insista, y que, si no, ya sabe cuándo tengo mi horario de atención; pero que, como es él (el otro profesor) quien le tutoriza el trabajo, debería ser él quien le dijera si está bien o no.

Conclusión: al final me comeré yo al alumno, as usual. Ha sido el primer punto de la temporada; y sin calentamiento previo, sin pelotear ni nada. Por lo menos, he devuelto bien las bolas.

Revisión blogográfica

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No sé si será la manera más correcta de denominar una revisión bibliográfica hecha sobre blogs (se admiten críticas y sugerencias o alternativas)... Os recuerdo, a los que leéis, que sigo bajo los efectos de los antibióticos y de los efectos colaterales de la batalla, en forma de dolor de cabeza y demás.

Que sí, que juro que me los han recetado.Bueno, la cuestión es que a través del blog de Lola y de los Thinking Blogger Awards (los "premios a los blogs que te hacen pensar"), y con la experiencia adquirida durante el pasado mes de agosto en labores de "tirar del hilo" (ver quiénes citan y a quiénes cita cada uno de los artículos que me interesan), he encontrado una multitud de blogs que añadir a mi lector de feeds, o agregador de noticias, Google Reader (antes utilicé Bloglines, que también está muy bien y que acaba de actualizarse, según leí en Genbeta).

Me han parecido muy interesantes, algunos de ellos incluso joyas, los siguientes: Ya está el listo que todo lo sabe y su gemelo catalán, El 7 ciències (el sabelotodo, literalmente), Acertijos y más cosas, ¡Enciende la luz!, Historias de la ciencia, El espejo lúdico, Palabras textuales, Vagabundia, El rincón de Anita, Esto no es lo mío, Mis jefes llevan chupete, Juegosdeingenio.org, Mi antro [18 años, comienza la universidad (quiere ser arquitecto), se define como cristiano, trabaja como voluntario con enfermos de SIDA y no le gusta el fútbol...; ¡hay que hacerle un seguimiento ya!   ;-)  ] y, sin que sirva de precedente, dos blogs en inglés, para terminar: Futility Closet y BrainBashers. Algunos de ellos, los he añadido también a la "bibliografía recomendada" de este blog.

¡¡LENGUAS DE GATO!!Por cierto, lo del blog en catalán no quiero que sea una excepción... ¿Sugerencias sobre (más) blogs en gallego/portugués, catalán/valenciano/balear, asturiano, italiano, francés, etc.? NO es que no me guste el euskera; es que soy incapaz de entenderlo, por el momento. Todo se andará   ;-)  .

PD: Por cierto (de nuevo), todo esto empezó porque me llamó la atención, en la entrada del Lolaberinto, la mención a un blog llamado BK2, al que todavía no he logrado acceder con éxito... Pero lo enlazo aquí, porque seguro que se trata de algo temporal.

Ahora (re)comienza todo

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Ya estamos en septiembre. Ahora comienza todo.

Era difícil escribir este blog en agosto... Y no digo que vaya a dejar de hablar de mis obsesiones, de mis tareas de investigación... Sólo que ahora, además, hay alumnos, o va a haberlos.

Y justo ahora que recomienza todo (mi 7.º comienzo de curso, ya), después de todo el verano currando, o semicurrando, caigo resfriado, engripado.

El viernes entregué, por fin, una primera versión definitiva del informe del estudio que hemos realizado en conjunto con otro investigador. Y ya comencé a encontrarme mal.

No es la primera vez que mi cuerpo aguanta hasta que puede caer enfermo, por así decirlo. Es como si el resfriado, o lo que sea en cada momento, esté esperando a que dejes de hacer algo urgente, para aparecer y obligarte un poco a descansar, de alguna manera. No sé.

Aun así, hoy he quedado a cenar con mis amigos. En todo el verano, por una cosa u otra, no nos hemos visto a penas. En parte, yo no he hecho mucho por verlos; no los he llamado... ni siquiera un mensajito. Es mi manera de "concentrarme" cuando tengo algo urgente o importante que hacer.

No me puedo montar así el verano otra vez. Sí que he avanzado en lo que me había propuesto, aunque no se vea el resultado. Sí que he avanzado en mi tarea principal de la Tesis, que era la búsqueda bibliográfica, y sí que he cumplido con la única tarea con compromiso "externo", con fecha de entrega real, que era el informe que entregué el viernes.

Pero no me he sentido animado ni tranquilo o con ganas para llamar a mis amigos, quedar con la gente... En resumen, mantener las cosas que TAMBIÉN son MUY importantes. Es como si, en parte, lo sintiera todo como una obligación más.

Creo que los antibióticos me hacen delirar —o divagar, más bien— un poco.
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