Bajar del puente

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Puente Mackinac, inaugurado el 1 de noviembre de 1957Preparando ya el retorno tras el puente del 1 de noviembre...

Al final, hoy he hablado con La Motera, y ya está claro que tenemos que machacar más algunos conceptos que no quedaron claros...

También, a mis queridos alumnos de las 8 de la madrugada de los jueves, voy a escribirles un e-mail recordándoles que después del puente veremos lo que no quedó claro la semana pasada, y que se traigan leído y repasado el enunciado de esa práctica maldita.

El nivel de los estudiantes

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¿Vosotros sabéis que los libros no están sólo para hacer bonito en las estanterías?

Que tengas que decirle eso a un alumno de Universidad (de una Universidad española, no lo olvidemos) es para reír, por no llorar, porque realmente es triste. Pero es así.

Se trata de una anécdota auténtica, protagonizada por mi compañero Chus y dos alumnos suyos. Y eso que son de los que van a tutorías, o sea, de los que supuestamente se interesan por la asignatura y van a preguntar cuando no entienden algo.

Yo suelo ser más sutil, pero es cierto que a veces te dan ganas de preguntar a algún alumno cómo aprobó le aprobaron la ESO.

Sin faltar al respeto, pero es lo que hay. Existen profesores mediocres, horribles, pasotas, deficientes... pero también hay (y abundan) alumnos que creen que ir a clase es como ir al cine (o al fútbol), gente que no se sabe en qué estaban pensando ellos o sus padres cuando decidieron mandarlo a la Universidad. ¿Qué les hemos hecho nosotros?

No, no, en serio... No pasa nada. Aquí los aguantamos muy bien, pero lo de educarlos era en el colegio, no aquí. En mis clases, encuentro de todo. Desde alumnos muy buenos, brillantes, etc., hasta alumnos que muestran un interés CERO por todo, maleducados, inmaduros..., pasando por el alumno no muy inteligente pero trabajador y responsable. Y a todos intento explicarles el temario; pienso en todos (o lo intento) cuando preparo mis clases, y cuando las imparto. Bueno, mi pensamiento, en concreto, es: "Estoy dándoos esto, es para vosotros. Quien quiera, que lo tome y lo aproveche". Es decir, aquí estamos para facilitar la tarea del aprendizaje. Siempre he dicho que me siento un facilitador... Mi director de Tesis dice que somos como entrenadores; vale, también me gusta.

Ahora, el que viene a pasar el rato, mejor que se quede en casa. Aquí no impartimos (de momento) ningún Máster en Mus y otros Juegos de Cartas con Baraja Española (tendría éxito... ¿no?).

PD: Ahora recuerdo que ya hablé de esto, desde un punto de vista con un enfoque más irónico, metafórico y reflexivo, no tan quejica como hoy.

Evolución en el blog

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Iba a hablar de cambios en este blog, pero creo que más bien es una evolución.

He modificado un poco el aspecto del blog: tipos de letra, colores, líneas... Poco a poco, me voy atreviendo a alejarme más y más de la plantilla estándar que tomé de Blogger. Un día de estos, cuando termine la Tesis (es una manera de hablar), ya me plantearé hacer una plantilla propia.

También, sigo añadiendo entradas y novedades en los menús laterales.

He añadido mi careto ficticio a mi perfil. Últimamente, he incluido algunos blogs al apartado de Bibliografía fundamental: Cartilleros (un blog que trata de las frases y situaciones disparatadas que puede escuchar un día cualquiera un médico en un servicio de urgencias), Detalles para mi pareja (un blog personal con ideas y sugerencias muy interesantes), etc.

También, acabo de abrir un nuevo apartado, titulado English bites (algo así como "bocaditos de inglés", pero es que, lo traduzcas como lo traduzcas, suena fatal), donde quiero ir añadiendo recursos interesantes para aprender y practicar inglés, así como páginas de referencia y consulta.

Comienzo añadiendo la Radio de Vaughan, Vaughan Radio. Vaughan System es un método de inglés que se ha puesto de moda últimamente, sobre todo por el reciente lanzamiento, por parte de un periódico de ámbito nacional, de un curso de inglés basado en dicho método.

La Radio de Vaughan es como un curso de inglés continuo; escuchadlo para haceros una idea de lo que os quiero decir. En la página de Vaughan Radio puede consultarse la parrilla de programas. El programa estrella es Cloverdale's Corner, el ricón de Cloverdale, que puede bajarse desde dicha página en formato MP3.

No es la panacea; ningún método lo es (a no ser que el método consista en dejarte caer en medio de un pueblo perdido de la Inglaterra profunda). Pero me gusta la filosofía o metodología que sigue y promueve, basada en la escucha activa y la repetición constante, por parte del alumno, de frases y estructuras. Machacar a base de repetir, hasta que metas esa estructura en tu cerebro y la uses de forma natural al hablar en inglés.

Menudo rollo que acabo de soltar...

Bueno, lo único que quería explicar, por si a alguien le sirve, es que, de los dos enlaces que he añadido sobre Vaughan Radio, el primero funciona bien si copias la dirección y la abres desde Windows Media Player. La otra ("Alternative") abre una página web que lleva incrustado un reproductor. Yo prefiero la primera modalidad: una vez has abierto la página con el reproductor de Windows, siempre lo tendrás en la lista de direcciones recientes.

Siempre hay cosas difíciles de explicar

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La semana que termina ha sido más productiva que la anterior, en cuanto al DEA. Todavía me falta un poco, pero ya mi director de Tesis le ha echado un vistazo a lo que llevo redactado, y también se ha decidido el tribunal... La fecha, todavía no se sabe, pero será para mediados de noviembre, seguramente.

En cuanto a las clases... la semana ha sido un poco más durilla, digamos.

No hay mucho que comentar... Simplemente, estamos ya en el momento del cuatrimestre en que has contado todas las cosas básicas, los temas introductorios en los que casi ningún alumno se pierde, y ahora comienza lo bueno.

Pues bien, tanto en la asignatura que doy los jueves, como en la que sólo doy prácticas este año (los miércoles por la tarde), ese salto de dificultad ha salido mal; la gente la mayoría de los alumnos se perdió.

Y en gran parte ha sido debido a que no he sabido medir bien la dificultad de lo que estaba explicando... No he diseñado bien esa parte del programa, o como se diga.

En el caso del jueves, quise hacer una práctica basada en algo que acababa de explicar y que no se había entendido bien. No fue un caos, pero sí que se notaba que muchos alumnos iban perdidos.

Tanto en esa asignatura como en la que comparto este año con La Motera, aún estamos a tiempo de rectificar, y lo vamos a hacer: dedicaremos la semana que viene a la típica clase de repaso (dar un pasito atrás antes de seguir adelante) en la que se intenta apagar el fuego, o sea, calmar a los alumnos que empiezan a ver que de repente no entienden nada.

Bueno, tampoco fue tan radical ni catastrófico, pero sí que se corre el riesgo de perder a muchos alumnos para el resto del curso, si no se hace la típica clase de "A ver, el otro día esto no quedó claro para la mayoría. Pues ahora vamos a machacarlo más. Atentos todos, pues."

Es normal pensar: "¿cómo es posible que lleves dando esta asignatura tantos años y que todavía te pasen estas cosas?" Bueno... Cada año es distinto, y siempre hay cosas difíciles de explicar. Los alumnos son distintos, y recuerdo veces en que, con menos esfuerzo por mi parte, se enteraban más rápido. Eso por un lado.

Por otro lado, sí que es cierto que no suelo ser muy metódico (aunque sí mucho más que otros profesores que conozco) y, por ejemplo, no me apunto exactamente lo que he hecho cada año, ni tengo un esquema exacto de cada clase que voy a dar, en plan apuntes del profesor. Improviso un poco, y pienso que NO está mal, en absoluto (además de que es lo que hace que no me aburra nunca de dar clase).

En definitiva... Veo que todavía voy aprendiendo a cómo dar mejor las clases, o al menos algunos temas en concreto.

Más cosas: el DEA

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He decidido partir el post en dos trozos, porque voy a cambiar de tema (o no), y para que no sea demasiado largo. Continúo.

Llevo con el DEA (realizando el trabajo de investigación, en realidad) desde el curso 2003-04 2004-05. Es para estar desesperado ya.

El verano pasado di por terminado el trabajo de investigación del Doctorado (por fin) y desde mi vuelta del congreso de septiembre estoy metido de lleno en la redacción de la memoria para la obtención del DEA.

La memoria es realmente para una prueba de conjunto donde se evalúa la suficiencia investigadora del doctorando; se realiza una vez finalizadas la fase de docencia (los cursos de Doctorado) y la fase de investigación (el trabajo que anteriormente he mencionado). Una vez superada la prueba (en el caso de mi Universidad, la nota es apto o no apto), puedes solicitar el DEA, es decir, el Diploma de Estudios Avanzados (título oficial con el que se acredita tu suficiencia investigadora y que, básicamente, sirve para sablear al personal, ya que se paga por acceder a la prueba de conjunto y se paga después para obtener el Diplomita).

No existe una normativa unificada, ni siquiera dentro de cada Universidad, acerca del contenido ni el formato, tanto de la memoria como de la prueba en sí. Algunos departamentos sí incorporan alguna normativa o recomendaciones propias, pero no es el caso del mío.

Por eso, decidí crear, a partir de todas las recomendaciones y sugerencias que he ido recogiendo, mi propio esquema de lo que será dentro de poco mi memoria del DEA.

Seguiré contando más detalles en otro post.

Mucho tiempo que se va (y ya no vuelve)

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Estos últimos días no he tenido mucho tiempo de escribir. Aun así, no quería dejar de contar aquí cómo fue la semana pasada y cómo se presenta esta.

Me está costando mucho arrancar... Sigo diciendo esto, y eso que ya estamos casi terminando octubre.

La semana pasada fue muy tranquila. Tuve mis clasecitas, y se supone que todo el resto del tiempo fue para avanzar en la memoria del DEA. Al finalizar la semana, la memoria estaba prácticamente igual que al comienzo. Y eso que utilicé parte del tiempo del domingo, día en que me había planteado no hacer nada de trabajo, y así poder resetear, descansar y estar con mis amigos, mi familia, etc.

Hubo días de la semana pasada en que no me pude concentrar. Una mañana tuve que ir a buscar un papel, una factura, para poder cobrar a través del Departamento mi viaje al congreso de finales de septiembre.

Otra mañana, Póker, de la cual ya os hablé en una ocasión, llegó al despacho de Zoe y mío bastante hecha polvo, por diversos asuntos que lleva entre manos, y... bueno, hubo que estar con ella, de alguna manera.

O sea, que algo de distracciones sí tuve, pero no tantas como para no haber hecho nada. Además, sé que he perdido el tiempo, que me he despistado haciendo lo que no tenía que hacer...

Bueno, sea como sea, esta semana creo que la empiezo más centrado. Ya veremos si termino con esta memoria...

Necesito un poco de café... o una siesta

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Por primera vez en este blog, escribo desde la clase de prácticas informáticas de una de las asignaturas que imparto este cuatrimestre.

Desde mediados de septiembre y hasta fin de año, todos los jueves tengo que estar plantado en la tarima a las 8.00h, hasta las 10.00h, y después casi siempre tenemos prácticas, como hoy, de 10.30h a 12.30h.

Llevo bastantes años impartiendo esta asignatura, y me gusta mucho... Ya es un clásico, para mí, levantarme los jueves y salir a la calle cuando aún es bien de noche, pensando en el café que me tomo de camino, y que me termina de despertar y activar.

Pero, cuando llegan estas horas, estoy ya como si fueran las 2 de la tarde...

Se impone comer pronto, y hacer una buena siesta. O, si no es posible... un poquito de café.

Hay gente que necesita un poco de café extra para aguantar el día...

Semana contra la pobreza 2007

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El próximo 17 de octubre se celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (bueno, la celebración será realmente cuando no haga falta un día así).

Somos la primera generación capaz de acabar con la pobreza. Los Objetivos del Milenio fijados por la ONU suponen un compromiso en firme por parte de los países de todo el mundo por acabar con la pobreza y la desigualdad.



Con el fin de sensibilizar y movilizar a la sociedad y presionar a los gobiernos para que cumplan su compromiso, la Alianza Española contra la Pobreza (un colectivo que agrupa a más de mil ONG y organizaciones sociales) ha convocado la Semana contra la pobreza, del 15 al 21 de octubre.

Durante toda la semana se sucederán por toda España una serie de actividades, que culminarán con manifestaciones el domingo día 21, en las principales ciudades del país.

¿Qué puedes hacer tú? Mucho. Como mínimo, informarte.

Y ahora no tienes excusa: entérate de qué actividades se realizan en tu ciudad durante la próxima semana y, sobre todo, ACUDE A LA MANIFESTACIÓN, el día 21.

Aquí tenéis algunos enlaces interesantes:

ABRAMOS LOS OJOS.
PONGAMOS NUESTRO GRANITO DE ARENA PARA TERMINAR CON LA POBREZA.

Correo no entregado

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Me gustan los cómics, viñetas, etc. que, de alguna manera, resultan graciosos no tanto por el contenido sino por la forma, por la manera de presentar el chiste... por el impacto visual... porque son bonitos (en un sentido amplio y subjetivo, claro por supuesto). También viñetas con frases cortas chocantes, irónicas...

Dentro de esa descripción metería, por ejemplo, las creaciones de la marca Last Lemon Vimrod y Harold's Planet, que suelo seguir de cerca.

Hoy añado otra dirección dentro del apartado "Recursos para el aula" de este blog:

El hallazgo ha sido gracias a ALT1040.

Su autor, además de publicar unas viñetas sencillas pero divertidas y chocantes, ha tenido la genial idea, poco frecuente, de permitir compartir el contenido de su blog, bajo unas condiciones bastante lógicas.

Me ha gustado bastante esta viñeta (podéis pinchar sobre ella para verla más grande):

Ciertamente, ahora existe otra basura espacial...: la basura virtual del hiperespacio.

PD: Pienso, luego existo (creo).

¿Suspenden, o los suspendemos?

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Día de (la) fiesta ¿nacional? y, por tanto, día de lectura reposada de la prensa... digital.

Leo en la versión electrónica de El País un artículo del Defensor del Lector en el que, de pasada, hace un comentario que me interesa.

El enlace es este (no es gratuito):

Copio aquí el párrafo que me interesa:
[...] Manuel González Méndez envió este comentario al titular "La sanidad española suspende en listas de espera e información al paciente", publicado el pasado martes en la sección de Sociedad. "El que suspende al alumno o examinado es el tribunal correspondiente. El alumno que recibe la papeleta correspondiente con el 'suspenso', no suspende, sino que ha sido suspendido. El que suspende, vuelvo a repetir, es el tribunal o autoridad que examina", señala el lector. [...]

Bueno... Toda la vida diciéndoles a los alumnos "No somos los profesores quienes os aprobamos o suspendemos. Sois vosotros los que aprobáis o suspendéis", como intentando hacerles ver que el resultado final depende fundamentalmente de su esfuerzo, y que nosotros sólo somos facilitadores y evaluadores de los resultados finales... y ahora resulta que, al menos lingüísticamente, somos nosotros los que los suspendemos...   :-(

Ya me han dado las notas

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¡Ya me han dado las notas, yupiiii! Me refiero a los resultados de las encuestas de evaluación del profesorado, que se pasan a los alumnos durante el curso. Tienen la decencia de pasarnos los resultados una vez ya ha terminado el curso (¿será para evitar represalias en la convocatoria de septiembre?).

Este curso (bueno, el curso pasado) he cosechado resultados verdaderamente espectaculares, mucho mejores de lo que yo esperaba.

Concretamente, han sido los siguientes:
  • Asignatura 1 (troncal, 1.er ciclo):
    12 alumnos encuestados, nota media: 9,25

  • Asignatura 2 (optativa, 2.º ciclo):
    17 alumnos encuestados, nota media: 9,53

  • Asignatura 3 (troncal, 2.º ciclo):
    65 alumnos encuestados (2 grupos), nota media: 7,64

  • Asignatura 4 (obligatoria, 1.er ciclo):
    19 alumnos encuestados, nota media: 8,04

  • Asignatura 5 (troncal, 1.er ciclo):
    24 alumnos encuestados, nota media: 7,33

[Las notas medias de cada asignatura, NO nos las dan calculadas directamente (aunque sí se sabe la traducción numérica que se hace de las respuestas "Totalmente en desacuerdo" a "Totalmente de acuerdo"). Yo la he calculado como la media aritmética de las notas medias de los diferentes apartados o epígrafes de que se compone la encuesta. Se podría hacer un cálculo más fino, ponderando, etc., pero no tengo tiempo ni ganas.]

No sé si me consideraréis un repelente por poner aquí las notas, pero es que, la verdad, estoy muy orgulloso y, sobre todo, contento por ver que, al final, el esfuerzo y la dedicación se ven por algún lado.

Estas encuestas actualmente se usan en mi Universidad para calcular un índice que mide tu actividad docente (también se mira si has publicado algún libro docente, etc.), y que luego se traduce en una asignación económica, de la que puedes hacer uso para comprar libros, material de trabajo o de laboratorio, etc.

Como decía arriba, yo pensaba que este curso pasado los alumnos me iban a puntuar peor. Porque, la verdad, me estaba dando cuenta estos días de que en el curso pasado, en algunos momentos, iba a dar mi clase "a saco", sin detenerme mucho en los detalles, sin pararme para hacer ejemplos o dejar tiempo para hacer ejercicios, etc.; como intentando cumplir con el programa, pero sin pensar mucho en los alumnos. Aunque siempre intento ser receptivo, claro.

Las asignaturas 1 y 2 son las que estoy impartiendo en este cuatrimestre; la 3, 4 y 5 son las que vendrán a partir de febrero. Yo soy profesor responsable de la 1 y la 2. En todas me siento muy a gusto. Los alumnos que más difíciles me resultan son los de la 5, y por eso es una alegría que me hayan puntuado así. Es casi como una relación de amor-odio, lo que tengo con esos alumnos. Ya os contaré en el cuatrimestre que viene, qué tal la nueva hornada...

La asignatura 1, la llevo impartiendo los 6 años que llevo aquí, y esta es la vez en que mejor puntuación he obtenido.

Veréis que el número de alumnos no es muy elevado... Bueno, en el caso de la asignatura 3 es alto, y aún podría ser mayor; ahí sí que tengo grupos multitudinarios. Lo que sucede es que, a la hora de hacer la encuesta, muchas veces cae cerca de exámenes, y muchos alumnos no vienen a clase.

El truco para que te salgan unas encuestas decentes, y más justas o representativas (aunque parezca lo contrario) es que te pasen la encuesta un día en que no tienes un número excesivo de alumnos en clase; más bien tirando a pocos. Los habituales, vamos, los que no fallan. Esos son los que tiene sentido que te examinen (valoren, mejor dicho); los que te han venido siguiendo durante todo el cuatrimestre. No el que llega tarde a clase, si llega, se sienta al final, resopla, y mira la pizarra como quien está viendo una película china o un documental.

Será difícil mantener el listón este año...

Por cierto, hablando de notas... Tengo pendiente comentar los resultados de los exámenes de septiembre... Estoy en ello. Pero voy a ver si curro un rato.

La pescadilla

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Conversación que tuve con un compañero, al que llamaré Patrón, a la salida del Departamento, ¡a las 10 de la noche (volvemos a las andadas...)!

Patrón tiene asignados también 33 créditos de docencia y, al igual que yo, los tiene descompensados: en este cuatrimestre sólo ha de impartir unos 7 y pico. Él lleva más tiempo que yo en esta situación, y a veces se le ve un poco quemado. [Es un tipo genial, por cierto.]

Frase muy simple de Patrón, pero con la que nos reímos un buen rato:
"Es como la pescadilla que se muerde la cola: vas lento porque estás a 33, y estás a 33 porque vas lento; vas lento porque estás a 33; estás a 33 porque vas lento...".

Es decir, como estamos a 33 créditos, no tenemos mucho tiempo libre para investigar. Como no tenemos mucho tiempo libre para investigar, nos cuesta mucho llegar a ser Doctores (que, en el caso de nuestra Universidad, nos serviría para reducir la carga docente a 22 créditos); por tanto, como vamos muy lentos investigando, estamos a 33. Y así, hasta el infinito.

Al no tener casi clases ahora, los dos tenemos claro que es ahora cuando más tenemos que adelantar nuestro trabajo de investigación. Pero ese tiempo de privilegio (sin apenas clases) es muy escaso: pronto llega Navidad, después los exámenes de enero-febrero, y después, el cuatrimestre de los 25 créditos... Mi frase fue:
"¡Es que el periodo productivo es muy corto!"

Es que es así: el periodo fértil (en lo que a investigación se refiere) se reduce, en el caso de Patrón y mío, básicamente, a octubre, noviembre y diciembre; y algo de enero. Si quitas los puentes y Navidad... mira lo que te queda.

Esclavos del reloj

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O esclavos del tiempo...

Hace no mucho, un anuncio en televisión hablaba de que, cuando te regalan un reloj, te regalan la obligación de darle cuerda, de llevarlo en tu muñeca, de manera que tú eres el regalado (se basa en un texto del argentino Julio Cortázar, que puede leerse entero en este sitio web, entre otros muchos).

Bueno, pues he encontrado una variante del mismo tema en forma de viñeta gráfica, que me ha parecido muy gracioso y acertado:

Por cierto, volviendo al anuncio... Yo creía que el locutor era portugués, por cómo pronuncia las "s" y las "r". Pero dicen que la voz es del mismo Julio Cortázar, que pronuncia así las "r" porque, al parecer, pasó mucho tiempo de su vida en Francia.

Leo también en el blog de Lola, en un post de hace meses que he encontrado de casualidad al hacer una búsqueda en mi Google Reader, que el texto pertenece a la obra de Cortázar "Historias de Cronopios y de Famas". Hay en ese post una mini discusión interesante acerca del significado del anuncio.

Qué cosas aprende uno sin querer...

Un congresito más a la saca (II)

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A raíz del comentario de Trabajador (¡gracias!), amplío mi anterior post sobre el congreso en el que estuve a finales de septiembre.

La verdad es que, no sólo de este tema, sino de todos, se me ocurren tantas cosas que contar, que a veces me quedo en lo más anecdótico, y descuido lo fundamental...

En contestación directa a la última frase de Trabajador, vaya por delante que, sí, se nos obliga a coleccionar congresos. Como decía en ese mismo post, si no investigas, no vales nada, por muy bien que puedas dar las clases o mucho interés que demuestres en ello. Y, a su vez, investigar se supone que debería ser algo de gran nivel, sólo al alcance de unos cuantos (un poco pirados, o en las nubes, la mayor parte de la veces)...

Pero, a la hora de la verdad, resulta que para medir cuánto investigas, para valorar tu labor de investigación, se utilizan baremos en los que una ponencia en un congresito vale X si es nacional, 2X si es internacional, etc. Un artículo de investigación en una buena revista científica puede valer 4X, por ejemplo. Y así va todo; son las reglas del juego. Como dice el autor de este gran artículo, se valoran los resultados al peso; es decir, la cantidad, y no tanto la calidad.

[Reglas del juego que, en sí, no son muy justas, ya que es un hecho que existen áreas de investigación en las que es más fácil publicar que en otras... Si compites con los de tu misma área, no hay problema, pero cuando, además, la Comunidad Autónoma y/o el Ministerio imponen un listón o un nivel que hay que superar para llegar a ser, por ejemplo, Profesor Titular de Universidad (funcionario, para entendernos), entonces, ese listón puede ser muy fácil de alcanzar para algunos, y no tan fácil para otros...]

Para no hacer que este post sea muy espeso, voy al grano: sí, en este congreso no desaproveché la oportunidad de enviar tantas ponencias como fuese capaz de enviar y me aceptasen. Al final, aparecí como coautor en 4 trabajos, de los cuales presenté dos en forma de póster, y uno más como powerpoint. Se sabe que es un congreso en el que es relativamente fácil que te acepten los trabajos que envías.

De los trabajos que envié, me siento relativamente orgulloso. La verdad es que mi compañera Rita y yo (era la primera vez que ella presentaba un trabajo en un congreso) monopolizamos la sesión en la que participamos. Cada uno presentó una parte de un trabajo que hemos llevado a cabo recientemente, y lo defendimos bien, creo yo, aunque los resultados que hemos obtenido son todavía preliminares y evidencian que es necesario ampliar el estudio para poder obtener cosas publicables, digamos.

Algunos de los asistentes estaban realmente interesados en lo que exponíamos, y no dejaron de hacernos preguntas y sugerencias, desde una posición de mayor experiencia en el área concreta en que se ubica el trabajo. Sí, creo que se generó un debate mínimamente interesante, cosa que es de agradecer. Aun así, y lo digo no desde la prepotencia ni desde una actitud a la defensiva, casi todo lo que nos dijeron ya lo sabemos y lo estamos teniendo en cuenta; aunque, eso sí, les reconozco ese grado de experiencia que, como he dicho, dejaban entrever en sus intervenciones. También, es que en una exposición de 15 ó 20 minutos no puedes contar todo lo que hay detrás de un trabajo, sino sólo aquello que crees más destacable o interesante.

Uno de los pósters que presenté sí que me pareció a mí mismo un poco... pobre, vamos a decir. Es decir, si me hubiera guiado por: "sólo voy a contar cosas de las que realmente me sienta orgulloso, voy a contar sólo aquello en lo que tengo algo realmente interesante y novedoso que decir o aportar", entonces, quizás, no hubiera llevado ese póster. [Por otro lado, los pósters, en cualquier congreso, a veces (sólo a veces) cumplen ese papel de servir de soporte a resultados que no dan ni para una ponencia; además, es una de las maneras más cómodas de comunicar algo, y posiblemente más bonita y efectiva, si uno tiene la gracia suficiente para no desaprovechar el metro cuadrado de superficie que hay en un póster de tamaño A0, por ejemplo.]

Pero, entonces, si un investigador es más reflexivo o menos echao p'alante que otro, no iría nunca a un congreso, ni enviaría ningún artículo a ninguna revista, hasta que no tuviera algo digno del premio Nobel, por lo menos. Lo más probable es que este chico (o chica) acabase dando clases en alguna academia, o de frutero. O en un manicomio. O quizás Y, seguramente, sería feliz.

A lo que voy: hay que jugar al juego, con las reglas que hay. Si no, mejor te dedicas a otra cosa. [Bueno, a mí no me gustan demasiado las reglas impuestas desde fuera, así que siempre voy un poco a mi aire, y así me va.]

Obviamente, en mi caso, estoy deseoso de poder concluir (en el sentido de cerrar y completar) el trabajo de investigación que llevo entre manos desde que comencé con el Doctorado. Entonces, sí que me sentiré realmente orgulloso y satisfecho, cuando lo que estoy haciendo lo pueda enviar a una revista científica y me lo publiquen. Para mí, esa es, en parte, la constatación de que has hecho algo bueno, más allá de tu percepción personal. Y, déjame dejadme que incluya este comentario: ya sería la releche si, además, mi aportación se pudiera aplicar de verdad, en alguna empresa, industria, servicio, etc.

Fuera de ironías, lo cierto es que ese sería el siguiente paso, casi simultáneo a la difusión teórica de resultados: su implantación práctica. No lo descarto; sólo que, en el caso concreto de mi investigación del Doctorado, pienso que no sería productivo, no valdría la pena el esfuerzo, para lo que podría sacar, en términos de puntos de investigación. Y que ya tengo ganas de cambiar de tema de investigación, la verdad.

Del resto del congreso, incluida la sesión en la que Rita y yo estuvimos, la verdad es que me interesaron pocas cosas. Ya dije en mi anterior post que no fue un congreso de un alto nivel científico, precisamente. En una sesión, incluso me dormí, lo confieso (nada inusual en mí, por otro lado).

6 años

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Bueno, una semana más (o una semana menos, según se mire).

En esta semana, comencé el lunes con una típica resaca post-congreso: demasiada gente transitando por nuestro despacho. El despacho en el que estamos Zoe y yo está al final de un pasillo, pero cerca del despacho de Secretaría de nuestro Departamento. Entonces, por una cosa o por otra, siempre tenemos mucha gente pululando por nuestro despacho; gente que viene a saludar, o que viene a preguntar algo, etc. Yo a veces digo que eso parece como el plató de 7 Vidas: entra un personaje, dice su gracia, y se va; y van sucediéndose los personajes, uno tras otro.

Y el lunes, era peor que la vuelta de las vacaciones, peor que el día después de un partido de fútbol: los comentarios post-congreso.

Bueno, pero salvando el lunes, la normalidad, la otra cara de la rutina buena (la rutina mala sería la monotonía), se ha instalado ya, gracias a Dios, en mi día a día. [Cuan repelentemente escribo hoy...]

Esta semana comencé las clases de una asignatura en la que sólo doy prácticas. Para entendernos: en este cuatrimestre sólo imparto prácticas de una asignatura, y teoría y prácticas de otra. En ambas asignaturas, soy el profesor responsable (que no mola mucho, pues no supone demasiado reconocimiento y sí más trabajo).

Además, el número de alumnos en ambas asignaturas es bastante reducido, la verdad. En la que sólo doy prácticas, hay matriculados 13, y están viniendo a clase casi todos. Así da gusto dar clase, la verdad.

En la otra asignatura, hay unos 34 matriculados (todavía está cerrándose el periodo de matriculación, etc.), pero a clase asisten regularmente unos 15 ó 20. Con estos ya hace unas semanas que comencé.

En general, este curso tengo buenas sensaciones, por el momento. La parte buena de tener pocas clases este cuatrimestre es que voy más relajado, y creo que he empezado siendo menos rollero que otros años y más atento a que la gente se entere más.

La que también se ha estrenado este año es mi compañera Zoe: es el primer año que imparte clase de teoría; hasta ahora, únicamente había dado prácticas.

Se lo está tomando con mucho interés y lo está haciendo muy bien, la verdad. Se la ve muy animada. Y eso que no es una profesora que sólo se dedique a docencia...

Me explico: en este Departamento, y en esta Universidad, antiguamente no se premiaba mucho la investigación (todo lo contrario que ahora). Como consecuencia, abundan mucho los profesores que no saben o no quieren investigar, o simplemente les gusta más dar clase, prepararse sus clasecitas, sus powerpointcitos, sus evaluaciones semanales o quincenales, sus practiquitas... Que está muy bien, y yo soy de los que pierde bastante tiempo preparando material docente, pero... aquí también estamos para investigar.

Bueno, pues Zoe se ha dedicado bastante a investigar, y lo sigue haciendo. El curso pasado leyó la Tesis Doctoral —¿cuándo llegaré yo...?—, y hasta entonces minimizaba el tiempo dedicado a docencia, impartiendo sólo prácticas (no tienes que preparar tanto material, porque muchas veces ya está hecho, y, aunque a veces has de corregir prácticas, no sueles tener que corregir exámenes). Ahora ya ha empezado con clases de teoría. Y lo está haciendo muy bien. Dice que es una cosa que siempre había deseado hacer: poder explicar a la gente cosas... Es genial oír algo así de un profesor, porque... es tan poco frecuente, a veces...

Yo, el próximo 15 de octubre cumpliré 6 años en esta Universidad... Me veo muy distinto a cuando entré y, sobre todo, con más experiencia (obviamente; malo sería si no lo viera así).

Y, sin querer ser en absoluto paternalista ni tirar demasiado de nostalgia, la verdad es que cuando veo cómo se prepara Zoe las clases, y cuando me cuenta las dificultades con que se encuentra y las anécdotas que le van sucediendo... me acuerdo de cuando yo empezaba.

Mi experiencia es que el primer año vas un poco perdido y no sabes ni cómo acabas dando las clases. Pero también, a veces, el primer año que impartes una asignatura es de los que mejor te salen, porque te la preparas casi al mismo tiempo que la vas impartiendo, de manera que lo tienes todo muy fresco, muy reciente, y lo intentas explicar para que lo entiendan, tal cual (algo que debería ser siempre así, pero que, por oscuros motivos, no lo es).

6 añitos ya... Espero que sean muchos más.

Un congresito más a la saca

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Bueno... Como ya comenté, la semana pasada estuve en un congreso que tuvo lugar en una ciudad de España.

PowerPoint, mi amigo del almaEl principio de la semana, todavía aquí, en mi Universidad, fue realmente estresante, porque hasta el mismo día en que partía hacia dicha ciudad estuve terminando de preparar las ponencias que tenía que presentar.

Al final, todo valió la pena. Académicamente, el congreso no tiene mucho nivel, la verdad, pero el programa lúdico-festivo suele estar bien. A todo ello hay que añadir que la compañía fue muy agradable (fuimos varios compañeros del Departamento juntos), así como la ciudad, que no conocía, y que me sorprendió gratamente.

Además... Desconecté muchísimo. Vuelvo con energías y ganas renovadas. Es que no se puede empezar el curso estando ya quemado... Me vino bien para resetear, como se suele decir.

Una cenaEn la cena de clausura del congreso tuve la ocasión de charlar con compañeros de otro Departamento de mi misma Universidad. La conversación giró entorno a la (poca) calidad de las clases que imparten algunos profesores, y a lo poco que se valora en la Universidad el tiempo que dedicas a la docencia. Muchas veces te sale más rentable ser un profesor seco o arisco con tus alumnos (desagradable, en definitiva), para quitarte trabajo de encima. Lo que te premian más es la investigación; más bien, lo único, prácticamente. Tanto que, si no eres lo suficientemente productivo en cuanto a artículos, ponencias, etc., tu futuro en la Universidad está muuuuy chungo.

En esa cena, una compañera me decía que está muy bien que a mí me guste dar bien las clases, preparar el material para los alumnos,etc., pero que, por desgracia, eso no se valora. Ni siquiera en las encuestas que se realizan a los alumnos se ve reflejado ese esfuerzo, a veces.

Yo he llegado a la conclusión de que no quiero ser ni el típico profesor que suspende a todos ni el que va de colegui y los aprueba sin examen ni nada. Sólo quiero (más bien, es una necesidad) sentirme cómodo con lo que hago. Por ejemplo, no me sentiría cómodo dando clase sin habérmelo preparado bien.

Pero tampoco me sentiría cómodo si no hiciera todo lo posible por realizar una investigación de calidad, algo que valga la pena, algo decente, al menos; no hace falta que sean resultados espectacularmente relevantes. Con que sea algo relativamente novedoso, bien hecho y bien comunicado y explicado, me conformo. Que no es poco.

Rita dice que me exijo mucho a mí mismo, pero es que es eso; es que, si no lo hiciera así, no me sentiría cómodo con lo que hago.

Ahora mismo, realmente, creo que estoy consiguiendo dedicar el mínimo tiempo posible a la docencia, fuera de las clases en sí, ya que este curso he conseguido "repetir" en todas las asignaturas que daba clase el año pasado, y en algunas ya llevo dando clase 2 ó 3 años (e incluso más); con lo cual, la verdad es que el tiempo de preparación de clases es muy inferior al de años anteriores.

Pero, claro, para que eso sea posible ahora, en cursos anteriores me he tenido que currar transparencias, colecciones de ejercicios y cuestiones, etc.

Me sigue picando el gusanillo de preparar alguna publicación docente en el futuro. Ya tengo publicado, con mi compañera de despacho Zoe, un libro de problemas. Eso sí que te lo puntúan, en el aspecto docente (es de las pocas cosas que cuentan). Y supondría la evolución lógica, después de tantos años preparando transparencias, prácticas, ejercicios y demás material docente. Rentabilizar ese esfuerzo.

Por cierto, coincidí en el congreso con antiguos compañeros de estudios que ahora son profesores en otras universidades y, hablando con ellos, me di cuenta de que NO en todas las universidades el tema de los créditos que deben impartir los profesores funciona exactamente igual a como yo lo expliqué en mi caso... ¿Quiere esto decir que, sin querer, he estado "dando pistas" de a qué Universidad pertenezco? No lo sé... En todo caso, es verdad que los más pringaíllos impartimos un máximo de 33 créditos (lo cual, por cierto, le pareció a mi antiguo compañero de estudios una barbaridad).
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