No tanto por motivos profesionales, sino por una mezcla de temas personales y profesionales. Todo ello aderezado con la correspondiente dosis de "ahogarse en un vaso de agua", está claro.
Los martes sólo tengo clase de 8 a 9h y de 15 a 17h. Después de mi clase matutina, me fui al centro a resolver asuntos "de cuentas". Me pasé toda la mañana de ventanilla en ventanilla, y en lugar de solucionar algo, todo se iba complicando más según pasaba más tiempo allí. Y perdí toda la mañana.
Vulevo a la Universidad para la clase de la tarde, y después me voy a casa, porque me espera el fontanero para ver por qué a mi vecina le llueve agua, al parecer procedente de mi cuarto de baño.
Por suerte, me lo cubre el seguro. Esa fue la noticia más positiva del día.
Me había planteado aprovechar el día para terminar las dos cosas que llevo entre manos:
- Un artículo para un congreso. Han ampliado el plazo de entrega hasta el día 15 de marzo, pero quería terminarlo ya, para liberarme de ello y además, quiero que lo revise mi director de Tesis.
- El programa del curso que voy a dar en una empresa, junto con Johnny, el consultor/formador que me han asignado. Todavía me falta muuucho por hacer, y este jueves (mañana) he quedado con Johnny para verlo todo.
Según iba pasando el día, iba viendo que no iba a tener ni un rato para adelantar ninguno de estos dos temas.
Hubo momentos en que me sentí bastante mal, como derrotado. Por suerte, no me dio por gritar; pero era una sensación de impotencia terrible.
Hoy, estoy de clase toda la mañana, desde las 8.30 hasta las 14h. Ahora estoy en una clase de prácticas y, mientras los alumnos trabajan, me está dando tiempo a escribir esto.
Y, navegando, me he encontrado este curiosa viñeta de XKCD (vía ALT1040), que, como mi día de ayer, es para reírse por no llorar:
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