No se cortan las clases, pero hay multitud de actividades lúdico-festivas para que el personal se lo pase bien.
Recuerdo también mis semanas culturales, de mi época de estudiante. No es demasiado distinto a lo de ahora, pero el que ha cambiado soy yo: me parece que la semana cultural corta un poco el ritmo de las clases. Es un obstáculo más, a sumar a las fiestas universitarias, y a los parciales de mis asignaturas vecinas, que distraen la atención de los alumnos hacia mi asignatura. [Estoy exagerando un poco; no es para tanto, en el fondo.]
Pero, bueno, a lo que iba. Hoy me ha dado por preguntara mis alumnos, cuando han entrado en clase:
Bueno, ¿qué tal va la semana cultural? ¿Habéis leido algún libro? Aunque sea en PDF.
Una de mis gracietas. Por lo menos, ha servido para conseguir su atención.
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