
Y el lunes, era peor que la vuelta de las vacaciones, peor que el día después de un partido de fútbol: los comentarios post-congreso.
Bueno, pero salvando el lunes, la normalidad, la otra cara de la rutina buena (la rutina mala sería la monotonía), se ha instalado ya, gracias a Dios, en mi día a día. [Cuan repelentemente escribo hoy...]
Esta semana comencé las clases de una asignatura en la que sólo doy prácticas. Para entendernos: en este cuatrimestre sólo imparto prácticas de una asignatura, y teoría y prácticas de otra. En ambas asignaturas, soy el profesor responsable (que no mola mucho, pues no supone demasiado reconocimiento y sí más trabajo).

En la otra asignatura, hay unos 34 matriculados (todavía está cerrándose el periodo de matriculación, etc.), pero a clase asisten regularmente unos 15 ó 20. Con estos ya hace unas semanas que comencé.
En general, este curso tengo buenas sensaciones, por el momento. La parte buena de tener pocas clases este cuatrimestre es que voy más relajado, y creo que he empezado siendo menos rollero que otros años y más atento a que la gente se entere más.
La que también se ha estrenado este año es mi compañera Zoe: es el primer año que imparte clase de teoría; hasta ahora, únicamente había dado prácticas.
Se lo está tomando con mucho interés y lo está haciendo muy bien, la verdad. Se la ve muy animada. Y eso que no es una profesora que sólo se dedique a docencia...

Bueno, pues Zoe se ha dedicado bastante a investigar, y lo sigue haciendo. El curso pasado leyó la Tesis Doctoral —¿cuándo llegaré yo...?—, y hasta entonces minimizaba el tiempo dedicado a docencia, impartiendo sólo prácticas (no tienes que preparar tanto material, porque muchas veces ya está hecho, y, aunque a veces has de corregir prácticas, no sueles tener que corregir exámenes). Ahora ya ha empezado con clases de teoría. Y lo está haciendo muy bien. Dice que es una cosa que siempre había deseado hacer: poder explicar a la gente cosas... Es genial oír algo así de un profesor, porque... es tan poco frecuente, a veces...

Y, sin querer ser en absoluto paternalista ni tirar demasiado de nostalgia, la verdad es que cuando veo cómo se prepara Zoe las clases, y cuando me cuenta las dificultades con que se encuentra y las anécdotas que le van sucediendo... me acuerdo de cuando yo empezaba.

6 añitos ya... Espero que sean muchos más.
1 comentario:
Hola!
Sigo enganchado a tu blog, así que ya van surgiendo algunas preguntas que me hago a mí mismo y que me gustaría hacerte a tí.
Si no te importa...
Verás, terminé la carrera hace unos años y siempre he deseado se profesor universitario. Este año voy a empezar los cursos de doctorado (ahora Master, según Bolonia)pues siempre he pensado que era imprescindible el doctorado para dar clases en la Facultad. Pero veo que no, que tú y algunos de tus compañeros aún estáis con la investigación. ¿Podrías decirme, entonces, qué otras vías hay para ser profesor universitario si no tienes el doctorado?
Y por supuesto, te agradezco cualquier consejo que quieras darme...
Gracias!!
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