Como comentaba en mi anterior post, se avecina un periodo de exámenes extraordinarios, en algunos de los centros en los que impartimos clase.
A mi compañera Zoe le ha llegado uno de esos e-mails de alumnos que merecen ser conservados con triple copia de seguridad :-D :-D :-D.
El alumno en cuestión, bastante preocupado (según se deduce del e-mail), le pregunta, en pocas palabras, si el examen contendrá un ejercicio de tipo A, como el año pasado, o de otro tipo. Tal cual. Le ha faltado decir: "Así sé lo que me tengo que estudiar, y lo que no".
Ella no quería perder ni un minuto de tiempo en responder. Yo le he sugerido que podría contestarle: "A ti, por preguntar, te haremos un examen especial en el que aparecerá de todo".
Chus, que también da la asignatura, le ha dicho que le conteste: "Supongo que todos tus compañeros desearían saber la respuesta a lo que me preguntas. Lamentándolo mucho, no puedo contestarte a eso ahora, pero tendrás tu respuesta en el momento en que te entreguemos el enunciado del examen". Chus es experto en dar respuestas cortantes a los estudiantes... poco estudiosos, digamos.
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