Maratón final de clases

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No escribo desde hace días. He estado liado, sobre todo, avanzando trabajo relacionado con la consultoría que estamos llevando a cabo para una empresa.

Ese asunto va bastante bien. Como otras (recientes) veces, incumplí un poco una fecha de entrega, para la cual debía tener hecha una primera parte de lo que estoy haciendo. Pero no pasó nada; los de la empresa no lo han percibido como un retraso, y de momento ya tienen faena sólo con leerse lo que les he mandado.

sigo con ello. Todo este próximo mes de mayo, que ya está ahí, lo voy a dedicar a terminar mi parte de este proyecto. Será una buena experiencia, finalmente, y es posible que nos surjan nuevas colaboraciones con la misma empresa más adelante; ojalá.

Todo ello supone dinerito, que va haciendo falta, pa' qué vamos a negarlo. Estoy a punto de cobrar ya también el curso que di en inglés. No lo he hecho todavía porque el papeleo es bastante lento, y porque no he tenido tiempo de ir a recoger el cheque, que me está esperando...

Otra que me está esperando es la Tesis, pero está claro que no la voy a poder tocar hasta junio (a pesar de lo que me propuse). Ahora bien, debería intentar ponerme con ella en junio, y no en julio.

Para el verano tengo también otros propósitos, no académicos, como son: dedicar tiempo al ejercicio (bicicleta, correr), y a mejorar mi inglés. Esto último, lo tengo totalmente abandonado, a día de hoy, por desgracia, a excepción de las prácticas semanales con mis alumnos Erasmus.

Bueno, el caso es que me he propuesto que este verano sea, de verdad, el típico y clásico momento del año donde dedicas tiempo a actividades importantes (pero no urgentes) que has tenido que dejar de lado durante el curso. Actividades enriquecedoras, que te completan o complementan como persona. Suena raro, pero así lo veo. He pensado mucho en eso: hay cosas que, en el día a día, no son importantes y acabas no dedicándoles tiempo, pero que conviene poner en marcha, y no dejar en el olvido. Cosas que son estratégicamente importantes, o importantes a largo plazo.

El ejercicio no lo he abandonado por completo, pero hoy es el primer día que he vuelto a coger la bicicleta para venir a la Universidad, desde hace semana y media, o más. Ha sido por motivos climatológicos (estos días ha hecho mucho viento y/o lluvia), pero también por causas/excusas logísticas, digamos: muchos días he tenido que cargar con bastante material, incluido mi portátil, y se hacía complicado ir en bici. También, preveía que iba a volver tarde a casa, y prefería hacerlo en transporte público o en coche. Y también, he visto que necesitaba volver a casa a comer y hacer siesta, para aguantar mejor la tarde (nunca he hablado de mis siestas... ya lo haré otro día).

Bueno, y volviendo a la crónica de actividades... Estos días están siendo bastante tranquilos, en lo que a docencia se refiere, aunque ya he comenzado la maratón de prácticas que comenté: 7 grupos de prácticas, de 2 horas de duración cada uno, esta semana y 3 semanas más de mayo. Supone doblar prácticamente mis horas semanales de clase, y repetir 7 veces lo mismo, y vivir casi en la Universidad (hoy miércoles terminaré a las 21.15h mis clases, y mañana a las 8h ya estoy otra vez en la tarima). De momento llevo 1 de 7, y bien; buenas sensaciones. Además, me permite conocer a otros alumnos que no tengo en clase de teoría (yo imparto 2 de los 4 grupos de teoría de esta asignatura).

Ah, bueno... Se me olvidaba comentar que, finalmente, el Profesor Fantasma no da sus clases, aunque expresó su intención (ya lo contaré mejor si tengo tiempo), y eso hace que, de rebote y en el último momento, a otro profesor del Departamento le haya tocado dar 2 de los otros 3 grupos de prácticas de la asignatura que acabo de comentar. El décimo grupo lo hemos tenido que cancelar, porque el sustituto involuntario ya no podía asumir más clases. Una vergüenza: un tío que cobra por dar clase, y que no las da. Ya lo explicaré un poco mejor, si puedo. Remito a mis posts anteriores sobre el tema.

Bueno, veremos si mi garganta aguanta el ritmo de clases.

Exámenes que se autocorrigen

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Navegando un poco al azar, me encuentro con el siguiente post, en un interesante blog sobre arquitectura de un profesor chileno:

En mi Universidad, como en tantas otras de España, se hacen intentos desde hace años para ir automatizando cada vez más las tareas de evaluación. Por lo que veo/leo, no somos los únicos.

Combinado con un mayor uso de elementos multimedia para la ejecución de las clases (el powerpoint ya dejó de ser una novedad), y todo con el envoltorio de la convergencia con Europa, la idea es promover el uso de herramientas informáticas para, por ejemplo, generar aleatoriamente diferentes exámenes o pruebas de evaluación (no necesariamente de tipo test, sino incluso de respuesta abierta) que después sean corregidos por la misma máquina.

Yo, lo único que sé es que, dentro de 10 ó 15 años, el ejercicio de la docencia universitaria (incluidas las tareas de evaluación) será muy diferente a como es hoy en día. Sé que no se pueden seguir manteniendo indefinidamente maneras anacrónicas de impartir clase o de poner, hacer o corregir exámenes, etc.

Pero otra cosa es la realidad actual. En mi Universidad, se está fomentando el uso de una herramienta de autoevaluación, que usamos para pruebas parciales o simulacros, evaluación de prácticas, etc.

Yo, particularmente, nunca la he usado. Usarla supone prepararse una gran batería de preguntas, para cada tema, práctica o examen, con sus correspondientes respuestas, y procurar que estén bien planteadas, ponderadas, que haya suficiente variedad, etc. Y después, meterlas en el sistema informático, y rezar para que no se quede colgado o haga cosas raras.

De momento, voy a pasar. Cuando se reformen los planes de estudio, y acabe la Tesis, entonces hablaremos.

Sí que participé hace unos años en el uso de una herramienta similar, pero desarrollada ad hoc para su uso en una asignatura concreta (la intención inicial es que sirviera para más asignaturas, pero al final el proyecto se ha ido abandonando). La experiencia fue buena.

Sin embargo, de momento, no veo que estas herramientas puedan sustituir a los clásicos exámenes escritos; por falta de madurez de las herramientas informáticas en sí, y de los propios usuarios (profesores y alumnos), no por otra cosa.

Bueno, lo comento como anécdota, al hilo del enlace que he incluido arriba.

Extended deadline: vida extra

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Me ha encantado esta viñeta de PhD Comics (pinchad sobre ella para leerla mejor). Trata sobre las fechas límite de envío de trabajos, resúmenes o artículos para un congreso, que en inglés son conocidas como "deadlines" (líneas de muerte, literalmente).

La situación que plantea la viñeta es súper realista, y lo gracioso es verlo reflejado tan bien.

Cuando te planteas presentar un trabajo a un congreso, una de las cosas más importantes que hay que mirar es la deadline, como solemos decir.

[También hay que detectar otras fechas y detalles interesantes prácticos, como los siguientes: fecha límite de inscripción reducida (a precio reducido)—la segunda fecha más importante, después de la deadline—, si hay cuota de inscripción especial para estudiantes u otros casos, si hay que enviar sólo un resumen (un abstract, en inglés), un resumen extendido (de 2 a 4 páginas, por ejemplo) o un artículo completo (aunque no llega a ser como un artículo para una revista de investigación), etc. Además, hay que ver si la ciudad donde se realiza el congreso es bonita... pero ya hablaré de eso otro día.]

Pues bien, algo que sucede [casi] siempre, y que queda genialmente reflejado en la viñera de PhD Comics, es que, unos días antes de la fecha fijada como deadline (a veces, unas horas antes), la organización del congreso publique en su web y envíe por e-mail a los interesados un aviso informando de que la fecha tope de entrega se pospone unos días.

Viene muy bien, porque siempre se apura hasta el final. El trabajo hay que enviarlo unos meses antes del congreso, y siempre te pilla haciendo otras cosas más importantes y/o urgentes... Con lo cual, creo que no me equivoco imaginando que la situación que refleja la viñeta es muy común entre los investigadores. A mí me suele pasar, al menos, y no soy el único por aquí...

Además, es gracioso: como dicen en la viñeta, "siempre pasa lo mismo" (siempre suelen extender la deadline), pero, aun así, siempre te olvidas, y vas agobiado hasta el último momento para terminar el trabajo.

Cuando se te ocurre consultar el web del congreso, unos días antes de la deadline, y lees: "Extended deadline", con una nueva fecha, respiras tranquilo... Es como una "vida extra", en un videojuego, cuando están a punto de matarte.

Me ha sucedido hace muy poco, con un trabajo que tenía que entregar para un congreso, antes de Pascua. Apuré hasta incluso después de la extended deadline (nos lo aceptaron, por suerte).

Aun así, mi reacción interior suele ser la misma que la del personaje de la viñeta: "¿Tengo que seguir trabajando en esto durante otra semana?"

Fiesta Erasmus brasileña

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Cuando he bajado hoy del transporte público, llegando a la Universidad, lo primero que he visto ha sido un cartel amarillo en una farola que decía "Fiesta Erasmus Brasileña". ¿Puede haber una combinación de palabras que evoque más al cachondeo desenfrenado?

Si "fiesta", "Erasmus" y "brasileña" son tres palabras que, cada una por separado, son muchas veces sinónimo de pasarlo bien, juerga, risas y jolgorio (podéis ver los términos relacionados que encuentra Google Sets cuando le metes esas tres palabras), juntarlas en un mismo concepto debe ser la jarana elevada al máximo exponente.

Lo curioso es que el cartel anunciaba que la fiesta era ayer, miércoles 2 de abril. ¡Miércoles! Sabía que lo típico de las fiestas Erasmus, y universitarias en general, era hacerlas los jueves, porque los viernes la gente se va a sus casas (los que viven no muy lejos) o salen con otros amigos... Pero, ¿un miércoles?

El Holandés, un investigador y compañero genial, experto en estos asuntos, me ha explicado que las discotecas saben que los jueves y los viernes la gente ya tiene sus sitios donde sale habitualmente. Así que, si los responsables de un local quieren organizar una fiesta temática como esa, para que tenga éxito lo normal es hacerla un miércoles. Yo alucino.

Cómo desplazarme a la Universidad. Breve evaluación

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Como comenté, estoy probando estos días a venir a la Universidad en bicicleta. No es la primera vez que lo hago; sobre todo en verano, he usado ese medio. Pero venir durante el curso me agobiaba más, por el tráfico, y por las prisas que a veces llevo.

Quería comentar aquí brevemente algunas conclusiones de estos tres días de prueba.

El martes y el miércoles vine en bicicleta a la Universidad, y hoy he usado el transporte público. Con los dos he tardado, más o menos, el mismo tiempo que con el coche. El coche es más rápido, pero con el tráfico de la mañana se iguala con la bici. El transporte público es más variable; hoy lo he cogido nada más salir de casa, pero a veces tarda más en llegar.

En cuanto a comodidad, sin duda, lo mejor es el coche. Y lo más incómodo (e inseguro) la bici. Ya estoy pensando en comprarme uno de esos complementos acolchados para sillines de bici (no sé cómo se llaman, realmente), para que mi trasero no sufra tanto. También, reconozco que voy sin casco, porque no me gusta el que me compré. Es jugarse el tipo por estética, lo sé...

Yendo en bici, el frío de la mañana se nota (es otra de las incomodidades), aunque no demasiado; no es un problema grave (y todavía lo será menos, de cara al verano). Hay que estar despierto (no puedes ir paseando y silbando, tipo Verano Azul), porque los coches hacen lo que menos te esperas, cuando menos te lo esperas.

La soledad del ciclista no lo es tanto, porque siempre te encuentras por el camino con mucha gente que va en bici a la Universidad; sobre todo, cuando estás llegando. Incluso en los días más fríos de invierno puedes encontrarte con bastantes biciclistas.

En conclusión: voy a seguir intentando venir en bici. No me canso demasiado; sí que es verdad que sudas un poco, pero nada del otro mundo. Lo que más pereza da es volver por la noche, cuando sales tarde de aquí (aunque, con el cambio de hora del domingo pasado, se hace más tarde de noche). Sé que algunos días (muchos, probablemente) cogeré el coche, pero ahora ya me he convencido de que, para mí, la bici es un medio válido de transporte, también cuando tengo clases y hay tráfico.
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